El colapso
de la producción mundial probablemente igualará o superará cualquier recesión
de los últimos 150 años, eso pronostica «The Guardian» en su sección de
negocios el día 8 de abril. La industria de la construcción no estará ajena a
las consecuencias que se avecinan por el COVID-19. ¿Cómo abordar todas las
variables que se generan a raíz de esta pandemia, tanto a un nivel de lo que se
debe realizar en el presente y los futuros desafíos?
Los efectos
de las cuarentenas sectorizadas y de una crisis financiera, dejan en una muy
mala posición a la industria de la construcción. Según los pronósticos actuales
se estima una baja en la inversión que sería de 13,2 % en el subsector de
viviendas y de 9 % para obras de infraestructura, además se debe considerar que
a raíz del virus y sus efectos estarán sin operar entre el 64 % y el 78 % de
las construcciones a nivel país. Cifras expuestas por la Cámara Chilena de la
Construcción.
Esta misma
institución proyecta un desempleo superior a 12% para este año 2020,
equivalente a unos 75.000 trabajos, lo cual será un impacto para este sector.
Además, deberemos considerar que está perdida de empleos tendrá relación
directa con la desaparición de empresas, que a raíz de sus altos niveles de
deudas y bajas reservas de recursos financieros, sufrirán una falta de liquidez
para enfrentar esta crisis.
Considerando
que una faena constructiva debe operar de forma presencial, es importante tener
en cuenta recomendaciones que está dando el gremio de la industria: medidas
para contener el contagio el virus, protocolos sanitarios y un elemento
importante son las consideraciones de salud mental para personal de obra,
principalmente para líderes de equipo que deben lidiar con la angustia que
genera la incertidumbre actual.
Existen una
serie de buenas prácticas para operar un proyecto de construcción con las
respectivas medidas de prevención ante el virus Covid-19. Éstas reflejan
acciones para el ingreso y salida de las faenas, configuración de las rutinas
de limpieza y sanitización en obra, acciones al momento de desarrollar
actividad en los procesos constructivos que se deben llevar a cabo en un
proyecto de construcción y cultura del autocuidado.
Es complejo
plantear escenarios a futuro, sin embargo, es importante plantear
recomendaciones que vayan en beneficio de la adaptación que deberá realizar la
industria de la construcción en esta nueva normalidad que enfrentaremos. Para
iniciar este planteamiento tenemos que considerar algunos elementos que
actualmente afectan a la industria desde antes que se desarrollase la pandemia
del Covid-19, estas son: baja productividad por exceso de producción, plazos de
proyecto con inventarios excesivos, costos de transporte innecesarios, defectos
en movimientos no útiles de personas y excesos de procesado. Al analizar estas
variables, podemos ver que tributan entre ellas, pero lo más relevador es la
baja productividad de nuestra industria, la cual es evidenciada por la
consultora estratégica McKinsey & Company en junio del 2016.
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